Roxas: ¡Hasta nunca!
Del círculo salió una columna de energía que intentó atraer a Sergio y a los guardianes. La columna lograba atraer a Sergio, pero la guardiana del Templo Kokiri le agarró de la mano.
Guardiana del Templo Kokiri: ¡Agárrate fuerte Sergio, no sueltes mi mano!
Sergio se agarró fuertemente a la mano de la guardiana del Templo Kokiri. La columna intentó atraer a todos, pero lograron resistir.
Roxas: ¿¡Cómo!?
Guardiana del Templo Kokiri: ¡Venga, vamos todos a la vez!
Los demás guardianes asintieron.
Guardiana del Templo Kokiri: ¡Cañón de Flores!
Guardián del Templo Goron: ¡Fuerza de Gea!
Guardiana del Templo Zora: ¡Flecha de Hielo!
Guardián del Templo Gerudo: ¡Mano del Destino!
Roxas intentó bloquear los ataques con sus espadas, pero consiguieron darle.
Sergio: Y ahora el golpe final. ¡Todo esto acaba aquí y ahora!
Sergio fue hacia Roxas y le clavó la Espada Maestra en el corazón.
Roxas: ¡AAAAAAAAAHHHHHHHHH!
Roxas se llevó las manos al corazón y sus espadas cayeron. Entonces apareció un rayo de luz y el manto oscuro desapareció, restaurando la parte de la Pradera de Hyrule destruida. Sergio y Roxas volvieron a la normalidad.
Roxas: Da igual cuántas veces me derrotéis, mientras tenga mi fragmento de Trifuerza volveré a aparecer una y otra vez. Jajajajaja...
Pero el fragmento de Trifuerza de Roxas dejó de brillar y cayó arrodillado al suelo. Entonces empezó a desvanecerse.
Roxas: Vaya, asi que esto es el final.
Nelly: En efecto.
Roxas: No lo entiendo. ¿Por qué me has vencido? Soy mucho más poderoso que tú.
Sergio: Durante mi aventura he conocido a muchísima gente que me ha brindado su apoyo, y gracias a eso me he hecho más fuerte. Asi que si te he vencido no ha sido gracias a la Espada Maestra...
Sergio señaló a los habitantes de Hyrule.
Sergio: ...sino gracias a ellos. En cambio tú no tenías a nadie que te apoyase, solamente tenías secuaces.
Roxas: Bobadas... Bueno, supongo que ahora es cuando debería decir aquello que me arrepiento de lo que he hecho, pero a mí no me gusta mentir. No me arrepiento de nada.
Entonces Roxas terminó de desvanecerse. La luna volvió a su forma normal y las nubes oscuras que estaban en la zona del castillo se disiparon.
Andrea: ¿Entonces todo ha acabado ya o no?
Nelly: Ahora sí. Los Emperadores Oscuros ya son historia.
Entonces todos los habitantes de Hyrule saltaron de alegría y Andrea fue a abrazar a Sergio.
Andrea: Enhorabuena Sergio, sabía que lo lograrías.
Rey de Hyrule: Sergio, quiero agradecerte lo que has hecho por nosotros.
Sergio: No ha sido nada. Aunque de no ser por los guardianes no lo habría logrado, las cosas como son.
Guardiana del Templo Kokiri: Gracias, aunque no te hubiésemos ayudado si no nos hubieras salvado.
Mido: En fin Nelly, aunque tengamos nuestras diferencias no sería justo que no os diera las gracias a ti y a tu amigo.
Sergio: No hay de qué, Mido.
Cloud: Bueno, pues yo me vuelvo a mi hogar.
Rey de Hyrule: Espera. Tengo entendido que has estado protegiendo a mi hija todo este tiempo, ¿cierto?
Cloud: Cierto.
Rey de Hyrule: En ese caso, ¿por qué no te quedas con nosotros? Es lo menos que puedo ofrecerte.
Zelda: Sé lo que dijiste cuando nos conocimos en el cementerio, pero te pido que lo reconsideres, por favor.
Cloud se quedó un momento pensando.
Cloud: Está bien.
Zelda (abrazando a Cloud): Muchas gracias, Cloud.
Cloud (sonriendo): De nada.
De repente Zelda empezó a reírse.
Cloud: ¿De qué te ríes, princesa?
Zelda: Es la primera vez desde que te conozco que te veo sonreír.
Entonces todos empezaron a reír.
???: Enhorabuena, héroe de Términa. Gracias a ti ya puedo descansar en paz.
Zelda se quedó muy sorprendida al ver quién era.
Zelda: ¿Im... Impa?
Fantasma de Impa: Sí Zelda, soy yo.
Zelda (llorando): Impa... Te echo mucho de menos.
Fantasma de Impa: Escucha Zelda, no estés triste por mí. Tienes a alguien que se encarga de protegerte y te has reencontrado con tu padre. No estás sola, asi que tienes que ser fuerte.
Sergio: Habremos vencido a los Emperadores Oscuros, pero hay cosas que desgraciadamente no se pueden arreglar.
Nelly: Cierto.
Zelda: Tienes razón, Impa.
Fantasma de Impa: Adiós Zelda. Volveremos a encontrarnos, ya lo verás.
Zelda: Adiós Impa, descansa en paz.
Y el fantasma de Impa desapareció.
Andrea: ¿Eh?
Andrea vio a lo lejos un carro y vio que en él estaban Malon y su padre.
Andrea: Ey mirad, por ahí vienen Malon y su padre.
Padre de Malon: ¿Qué hacéis todos aquí?
Andrea: ¿Dónde os habíais metido? Estábamos preocupados por vosotros.
Malon: Anoche fuimos a repartir leche a un lugar muy lejano, y como era muy tarde nos tuvimos que quedar a dormir allí.
Kokiri (chica): Pues menos mal, porque no sabéis de la que os habréis librado.
Padre de Malon: ¿Eh?
Habitante de Kakariko: Los Emperadores Oscuros han sido derrotados.
Padre de Malon: ¿En serio? Qué alegría.
Sergio fue hacia el carro con Tornado y Malon y su padre se bajaron del mismo.
Sergio: Os prometí que os devolvería a Tornado cuando terminase lo que tenía que hacer aquí y yo soy un chico de palabra, asi que aquí lo tenéis.
Pero Tornado fue a pedirle caricias a Sergio.
Malon (riendo): Me parece que Tornado quiere otra cosa.
Sergio: ¿Ah, sí? Tornado, ¿quieres quedarte conmigo?
Tornado asintió.
Padre de Malon: Cuida bien de él, por favor.
Sergio: Yo vivo en un rancho, asi que por eso no se preocupe.
Nelly: Bueno, creo que deberíamos irnos ya.
Sergio: Sí.
Guardián del Templo Goron: Nosotros también nos tenemos que ir.
Guardiana del Templo Zora: Adiós Sergio, ha sido un placer conocerte.
Sergio: Lo mismo digo.
Guardián del Templo Gerudo: Y adiós también a todos vosotros.
Dicho esto los guardianes se fueron en dirección a sus respectivos templos.
Zelda: Oye Nelly, quiero preguntarte algo.
Nelly: ¿De qué se trata?
Zelda: ¿Quieres quedarte tú también con nosotros?
Nelly se quedó callada un momento.
Nelly: Sé perfectamente que yo nací en este reino, pero aquí no me sentía aceptada y me fui. En cambio, en Términa hice muchos amigos a los cuales aprecio. En resumen, que a pesar de proceder de Hyrule, siento que mi sitio está en Términa.
Zelda: No pasa nada, lo entiendo.
Sergio: Ah, se me olvidaba. Tomad la Espada Maestra.
Sergio sacó la Espada Maestra y se la dio al rey de Hyrule.
Rey de Hyrule: Gracias, yo la dejaré en su pedestal.
Sergio: (subiéndose a Tornado): Bueno, ahora sí que nos vamos.
Zelda: Adiós Sergio, gracias por todo.
Rey de Hyrule: Siempre serás bienvenido a este reino.
Andrea: Cuando quieras venir a visitarme ya sabes dónde estoy.
Tobi ladró a Sergio contento.
Sergio: Me alegro mucho de haberos ayudado. Hasta la próxima.
Tornado empezó a moverse y Sergio y Nelly se fueron. Llegaron al Bosque Kokiri, atravesaron los Bosques Perdidos y llegaron al portal que conectaba Hyrule con Términa. Sergio se bajó de Tornado, los tres cruzaron el portal y llegaron al interior de la Torre del Reloj.
Nelly: ¿Sabes? La verdad es que no esperaba que Mido nos diera las gracias, me ha sorprendido mucho.
Sergio: Va de duro, pero en el fondo tiene buen corazón. Si no no nos habría dado las gracias.
Nelly: Tienes razón. Incluso empiezo a pensar que en el fondo me aprecia.
Sergio: Pues claro. Hay personas que les cuesta exteriorizar lo que realmente sienten, pero al final lo acaban haciendo.
Sergio y Nelly salieron de la torre y llegaron a Ciudad Reloj.
Sergio: Bueno, pues ya estamos en casa.
Mientras avanzaban...
???: ¡Nelly!
Nelly: ¡Sisley!
Nelly fue hacia Sisley y ambas se abrazaron.
Sisley: Nelly, has vuelto.
Nelly: Pues claro. ¿Pensabas que te iba a dejar sola?
Sisley: Te he echado de menos, Nelly.
Nelly: Y yo a ti.
Sisley soltó a Nelly y se acercó a Sergio.
Sisley: Muchas gracias por cuidar de ella, Sergio.
Sergio: De nada.
Sisley: Por cierto, ¿de dónde has sacado ese potro?
Sergio: En un principio sus dueños me lo prestaron, pero al final me lo han regalado.
Sisley: Ah. ¿Y cómo se llama?
Sergio: Tornado.
Sisley empezó a acariciar a Tornado.
Sisley: Qué mono. En fin Nelly, vamos a casa.
Nelly: Pues nada Sergio, ha sido un placer compartir esta aventura contigo.
Sergio: Lo mismo digo.
Nelly: Adiós, ya nos veremos.
Sergio: Adiós chicas.
Sisley y Nelly se fueron a su casa. Mientras tanto Sergio salió al Campo de Termina, se subió encima de Tornado y galopó hacia el Rancho Romani. Allí...
Mientras Cremia y Romani trabajaban en las tareas del rancho, Sherlyn vio a Sergio llegar.
Sherlyn: ¡Chicas, Sergio ha vuelto!
Cremia: ¿En serio?
Cremia y Romani fueron con Sherlyn. Sergio se detuvo y se bajó de Tornado.
Cremia (abrazando a Sergio): Sergio, qué alegría verte.
Romani (abrazando a Sergio): Te hemos echado de menos, hermano.
Sergio: Y yo a vosotras.
Sherlyn: ¿Dónde está Nelly?
Sergio: No te preocupes, se ha quedado con Sisley.
Sherlyn: Qué alegría.
Cremia: ¿Y ese potro?
Sergio: En un principio lo pedí prestado para desplazarme por Hyrule, pero al final me lo han acabado regalando.
Romani: ¿Y cuál es su nombre?
Sergio: Tornado.
Romani: Es muy bonito.
Sherlyn: Oye Sergio, ¿por qué no nos cuentas cómo ha sido la aventura? Tengo mucha curiosidad.
Cremia: Yo también.
Romani: Y yo.
Sergio (bostezando): Está bien, pero antes me voy a dormir un rato, que estoy muy cansado.
Cremia: De acuerdo, que descanses.
Sergio subió a su habitación, guardó sus armas y se echó a dormir. Un rato después bajó y le contó a sus hermanas y a Sherlyn la aventura que vivió en Hyrule junto a Nelly.